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jueves, 23 de diciembre de 2021

 El dato en la investigación demográfica: una visión epistemológica

 Introducción

Los desafíos teóricos que el siglo XXI plantea al pensamiento crítico de la Demografía, en particular en América Latina, no sólo están referidos al plano metodológico e instrumental, sino también al epistémico, que sustentará en perspectiva el discurso moderno sobre la población. En este marco señalaremos la necesidad de revisar el significado y alcance del dato en Demografía como insumo de argumentación en términos de su construcción y significado en el contexto de los paradigmas de investigación. No es nuestra intención agotar aquí estas cuestiones con profundidad, sino tan sólo presentar, con ánimo sistematizante, una serie de argumentos que nos permitan orientar la investigación sobre la población.

El dato como constructo es un elemento complejo, pues en esa calidad posee una estructura interna que en su contenido es invariable; es decir, está presente y es intrínseco a él. Si comparamos un dato que proviene de una historia de vida con el dato de un cuestionario precodificado encontraremos que ambos son diferentes entre sí en cuanto a la especificidad de sus contenidos. Detrás de cada uno de ellos existe un corpus de enunciados que ponen de manifiesto aspectos relacionados con sus objetos de estudio; en el primer caso, el dato habla de imágenes; en el segundo, de cantidades. Todo dato vincula un concepto con un estado de cosas del mundo externo mediante la ejecución de procesos relacionados con los paradigmas a los que responden.

Además, el proceso mismo de aprehensión del dato es complejo, pues es un acto que involucra decisiones objetivas y subjetivas de parte del investigador. Desde el punto de vista objetivo, el dato demográfico tiene existencia propia y no se limita a lo que la Demografía recoge específicamente, sino que también incluye los datos que ofrecen las ciencias afines. Como ente subjetivo, el dato demográfico es el resultado de la interpretación que le da el investigador como epistemólogo. Según Vieira (1973), existen tres aspectos que están presentes al tratar de manejar el dato: condiciones para su elección, presupuestos ideológicos e influencias en su construcción teórica.

La diversidad de formas de elaborar el dato hace necesario que se conozcan sus características para evaluarlo, manejarlo con propiedad y, de ser el caso, determinar sus posibles fuentes de error. Estas operaciones obedecen más a los intereses que plantea el paradigma que a la actividad práctica de quien lo construye o descubre para estudiarlo.1 Si bien el dato depende de la subjetividad del científico como sujeto cognoscente, después de someterlo a las condiciones de pensar, el investigador incluye el dato en el sistema de verdades dentro de su paradigma.

En consideración a lo anterior, hemos estructurado este artículo en dos secciones, además de esta introducción y las conclusiones. En la primera, presentamos la construcción y características del dato en la investigación etic-cuantitativa. En la segunda señalamos lo mismo, pero esta vez en relación con la investigación emic-cualitativa. Esta visión crítica en la caracterización y diferenciación del dato nos permitirá abrir el pensamiento demográfico hacia nuevos horizontes de entendimiento con base en al menos dos ejes —lo explicativo y lo compresivo—, y desde un nivel más abstracto, respecto a los usos y alcances del dato como insumo básico para la investigación como proceso de producción de conocimientos.

 

El dato demográfico en la perspectiva etic-cuantitativa

En este paradigma, el dato se organiza sobre la base de un conjunto de hechos ocurridos en la realidad exterior, objetiva, y se ofrece como elemento de posible aprehensión por el conocimiento.2 Este tipo de datos se obtienen tradicionalmente a partir de la información proporcionada por los censos y de los registros de hechos vitales; en algunas ocasiones se obtienen basándose en investigaciones concretas para complementar la información censal o de los registros de hechos vitales.

Los censos recolectan información de todo un universo; es decir, que ninguno de los elementos quede omitido. Este rasgo le permite diferenciarse de la encuesta por muestreo porque permite conocer el estado o corte anatómico del universo al momento de su realización. Por ello se dice que el censo viene a ser una fotografía, en comparación con otras técnicas. Los datos del censo deben reunirse para cada individuo a fin de poder derivar clasificaciones detalladas con todas las combinaciones necesarias.

Por su parte, los registros de hechos vitales recolectan datos en forma sistemática y de manera continua, permitiendo conocer la frecuencia con que ocurren los nacimientos, matrimonios y defunciones durante un periodo específico y en un lugar determinado. Dichas informaciones generalmente vienen acompañadas de otras adicionales, como sexo, edad, nivel de instrucción, atención y condición del parto, total de embarazos, causas de muerte, entre otros, que facilitan la explicación de la dinámica poblacional.3

En tanto que las investigaciones demográficas especializadas tienen por objeto recolectar datos sobre hechos determinados para complementar o llenar lagunas dejadas por la información censal y los registros de hechos vitales en cuanto a la parte numérica de la población investigada, estos levantamientos proporcionan interesante información cuantitativa y se basan generalmente en muestras representativas. Ejemplo de ello lo constituye la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (Endes) que se viene aplicando desde hace más de una década en muchos países de América Latina y otros del Tercer Mundo.

El dato en la perspectiva emic-cuantitativa sirve para demostrar teorías. El dato no habla por sí solo. En la historia de la ciencia demográfica se puede comprobar cómo ciertos datos significativos llevaron a justificar teorías importantes. Del mismo modo, desde que la investigación es una actividad continua, es probable que el rechazo y reformulación se vayan produciendo simultáneamente. La teoría debe ajustarse a los datos y ser rechazada o reformulada si no encaja dentro de la estructura de aquéllos.4

La relación entre el dato y la teoría puede ser, en términos silogísticos, de la siguiente forma:

• Si X condiciones existen, se da Y.

• Si Y no es observable, las X condiciones no se han producido.

• Si X condiciones no existen y si Y es observable, la proposición general debe rechazarse.

La relación entre el dato y la teoría es también inversa, es decir, que la teoría ayuda a la predicción de los datos. La forma más obvia es la extrapolación de lo conocido a lo desconocido. Por otra parte, la teoría señala qué datos deben integrar nuestros conocimientos. Desde el momento que la teoría resume los hechos conocidos y predice hechos que aún no hemos observado, también está señalando las áreas que todavía no han sido exploradas.

Este tipo de datos pueden captarse en el tiempo de dos formas, de manera diacrónica y sincrónica. El primero sirve para el análisis transversal, y el segundo, para el análisis longitudinal o de cohorte. El análisis transversal supone datos que se observan en un mismo periodo relativo a cohortes diferentes. En este caso, la experiencia demográfica de esta población no se refiere a una generación específica, sino a varias generaciones diferentes. El análisis longitudinal, llamado también análisis por cohortes, se da cuando el dato hace referencia a la sucesión de acontecimientos a lo largo del tiempo en el seno de un mismo grupo. Un ejemplo de este tipo de análisis es tomar una cohorte de nacimientos de un determinado año y acompañarla hasta cierto momento o hasta que se extinga, anotándose los acontecimientos demográficos más sobresalientes como muertes producidas, etc.

La evaluación del dato cuantitativo se convierte en una operación lícita e indispensable para dar un juicio de cuan bueno o malo es. Para Chackiel y Macció (1978), la evaluación es un intento por detectar los errores que afectan al dato, la naturaleza y la magnitud de los mismos. Para ello, la información disponible debe ser sometida a un examen mediante técnicas muy variadas, pero el dato en sí no debe ser afectado ni modificado para derivar juicios sobre su calidad.

Los autores señalan que la evaluación del dato puede hacerse de manera directa e indirecta. Con la evaluación directa se vuelve al origen del dato; se trata de reproducirlo nuevamente bajo condiciones completamente controladas. El nuevo dato así obtenido constituye el elemento de comparación con el dato original sometido a evaluación. En cambio, con la evaluación indirecta, se hace referencia al análisis al que se somete el dato disponible, mediante relaciones cuyo comportamiento se supone conocido (información colateral), con el fin de establecer la naturaleza y el grado de error que lo afecta.5

Brass (1973) sugiere tomar en consideración algunos principios generales con relación al dato demográfico:

Rehabilltación. Se debe corregir el dato en su justa medida, respetando al máximo la información observada, de lo contrario se corre el riesgo de sobrecorregirla, introduciendo errores mayores a los que tenía originalmente e incluso alterar el significado de los datos.

Consistencia y coherencia. Se debe exigir coherencia, tanto en los procedimientos utilizados como en los resultados que se obtienen.

Robustez. Se da cuando la validez del dato no se resiente seriamente por la falta del cumplimiento de las hipótesis de trabajo. Se dice que el método es robusto cuando los resultados no se alteran demasiado al no cumplirse esos supuestos a la hora de aplicarlo en casos reales.

Ausencia de una norma estricta. Se sostiene que la aplicación de artificios o técnicas para evaluar y corregir el dato debe convertirse en rutina, que cada caso debe tratarse en forma independiente de acuerdo con la información disponible, la calidad de ésta y la situación concreta que se está analizando.

Conocimiento de la realidad. Se debe tener conocimiento de las circunstancias históricas y culturales del lugar al cual pertenecen los datos.

Como se desprende, el dato debe elaborarse de la manera más adecuada, evitando en todo momento que tenga errores para que pueda ser útil a la investigación. Como quiera que el dato relacionado con las variables demográficas suele estimarse a partir de la información recogida mediante censos, registros de hechos vitales o encuestas especializadas, muchas veces éstas fuentes pueden estar sujetas a irregularidades de diversa índole que afectan su calidad final, y como éste es el insumo sobre el que trabaja el demógrafo etic-cuantitativo, se deberían descartar sus posibles fuentes de error. Según Spiegelman (1972), existen dos tipos de errores en las fuentes de datos demográficos: errores de cobertura y errores de contenido, a los que habría que agregar los errores de muestreo, cuando el dato es recolectado mediante encuestas.

Los errores de cobertura se producen cuando los hechos demográficos que se desea investigar no se registran o se registran más de una vez, produciendo errores por defecto o por exceso. En las estadísticas de hechos vitales, los errores de cobertura pueden ser de subregistro, cuando los casos registrados son menores a los ocurridos, y de sobrerregistro, cuando los casos registrados superan a los ocurridos. Estos errores están ligados a los conceptos de alcance y calidad de las estadísticas vitales.6 En el caso de los censos y de las encuestas especializadas, los errores de cobertura son llamados comúnmente de omisión y de sobre enumeración. Se dice que hay omisión cuando el individuo no ha sido captado por el censo o la encuesta. La sobre enumeración ocurre cuando una persona es empadronada más de una vez.

Los errores de contenido se producen cuando la información referida a un individuo es incluida incorrectamente debido a la mala declaración por parte del informante (se declara una edad que no es la correcta o el estado civil que no es el verdadero). El error de contenido, generalmente, altera el conocimiento de las estructuras demográficas de la población. No es fácil detectar estos errores y menos aun cuantificarlos. Tampoco se sabe mucho acerca del comportamiento y de la distribución de esos errores.

Los errores también pueden generarse en las diferentes etapas de la producción de la información; por tanto, una evaluación completa, como sugieren Chackiel y Macció (1978), requiere un análisis de cada una de las actividades involucradas en el proceso de obtención del dato. Así tenemos: errores en las etapas de planeación y organización, errores del empadronador y errores del informante.7

Los errores cometidos en etapa de la recolección de información por el empadronador pueden ser conceptuales, mala interpretación de la respuesta y errores de registro. Los errores conceptuales se producen cuando el que registra el dato interroga sobre un asunto que no corresponde a lo que se desea investigar. Ejemplo, en lugar de preguntar por el número de hijos nacidos vivos de las mujeres en edad fértil, se pregunta sobre los hijos vivos al momento del empadronamiento. La mala interpretación de la respuesta es un error muy frecuente en preguntas con respuestas abiertas. Ejemplo, un trabajador del campo puede ser confundido con peón rural o campesino. Los errores de registro se producen cuando se anotan los datos equivocadamente en celdas que no corresponden en el cuestionario.

No es difícil comprender, entonces, que cualquier irregularidad en las etapas de producción del dato: legislación, presupuesto, calendario del censo, organización administrativa, labor cartográfica, plan de tabulaciones, preparación del cuestionario, experimentación censal y publicidad, puede comprometer su calidad. Una mala cartografía puede ser la causa de omisión o duplicación de empadronamientos. Un mal cuestionario, donde las preguntas no son de clara comprensión, probablemente genere respuestas erróneas.

El instrumento de preferencia para recoger datos en este enfoque es el cuestionario. Su naturaleza y formato, así como la formulación y disposición de las preguntas merecen el más cuidadoso estudio. Entre los diversos factores que deben tomarse en cuenta están el método de empadronamiento, el tipo de cuestionario, la clase de datos a reunirse, la forma más adecuada de las preguntas, su disposición tipográfica y las técnicas de elaboración a utilizarse.

En la fase de planificación se determinará qué métodos van a utilizarse en la elaboración de los datos a fin de que la forma del cuestionario corresponda a las necesidades técnicas del programa de tabulación.

En los censos, los cuestionarios constituyen la materia prima sobre la que se construye el dato mediante tabulaciones estadísticas pertinentes. Presenta la siguiente secuencia:

Recepción y verificación. Una vez remitidos los cuestionarios se procederá a una verificación preliminar para asegurarse de que se han devuelto todos y se procederá a examinar los mismos para descubrir posibles omisiones o errores; de haberlos, se dispondrá de nuevas visitas a fin de corregirlos.

Crítica y codificación. Determinar el margen de error que puedan hallarse en las informaciones recibidas y mantener este margen dentro de límites razonables. La codificación consiste en la conversión de todas las anotaciones hechas en el cuestionario a códigos numéricos para el trabajo computacional.

Tabulación. En esta etapa se generan los cuadros estadísticos de las diferentes variables que fueron seleccionadas para su publicación.

 

El dato demográfico en la perspectiva emic-cualitativa

En años recientes se ha experimentado un renacimiento de los estudios en relación con los problemas del comportamiento humano. Estas investigaciones descubren nuevas esferas de trabajo, particularmente en el campo de la Demografía en el complejo conjunto de cuestiones relacionadas con la planificación de la familia, el comportamiento de los individuos con respecto a la procreación, migraciones, etc. A este enfoque le interesa la defensa de las explicaciones desde el punto de vista inductivo, conocimientos que proceden de abajo-arriba; esto es, ver el cambio social, y por ende demográfico, como resultado de la acción e interacción que se establecen entre los individuos.8 Su disputa ontológica contra los que defienden la predominancia real de las estructuras —análisis macro—, está en el planteamiento de que sólo existe lo particular —análisis micro—, con lo cual se eximen de buscar necesidades causales en la investigación. Se pone énfasis en el actor y el mundo como procesos dinámicos, reconociendo la capacidad que tienen éstos para interpretarlo. La sociedad humana ha de considerarse como un conjunto de individuos que actúan y definen activamente sus situaciones.

Los criterios epistemológicos a tenerse en consideración para comprender la acción social son los de percibir e interpretar la realidad y la forma en que ésta se relaciona con el comportamiento del actor. Además, consideran que la percepción de la realidad que tiene el actor gira sobre su interpretación actual de las interacciones sociales en la que él y otros participan, lo cual, a su vez, se apoya en el uso de símbolos y del lenguaje en particular. Para que el investigador llegue a tal comprensión deberá ser capaz (aunque imperfectamente) de ponerse a sí mismo en el lugar de la otra persona (Mead, 1973).

Al abordar cada fenómeno, el investigador se vale de una serie de estrategias como la de compartir sus actividades en el medio social en el que los informantes —que son los que proveen los datos— actúan cotidianamente. Por eso, se aconseja usar en los informes de investigación las mismas categorías que los actores utilizan, de ahí la prevalencia de conceptos sensibilizadores que son los que violentan en menor grado el mundo real y son menos formales. Se rechaza, por tanto, el uso de conceptos operacionales —variables—, toda vez que en este ámbito se les considera herramientas mecanicistas.9

Los seguidores del enfoque emic-cualitativo priorizan las situaciones sociales concretas, donde el propio actor es una fuente de estímulos para otros. Todo esto conduce a un nivel de discernimiento que Max Weber identificó como Verstehen, una característica del proceso de investigación extremadamente útil para la verdadera comprensión del rol del actor en la sociedad, lo que nos compete, al individuo como ser demográfico.

En este caso, el dato cualitativo resulta ser producto del conjunto de descripciones detalladas de situaciones, eventos, interacciones y conductas observadas; citas directas de informantes acerca de sus experiencias, actitudes, creencias y pensamientos; fragmentos o pasajes de documentos, correspondencias, registros e historias de casos.

Las exigencias que requiere este tipo de datos para ser utilizado con propiedad en la investigación son las siguientes:

Representatividad, relevancia y plausibilidad. El dato debe identificar las diversas perspectivas de una correcta contextualización y constatar con objetividad los sucesos, o eventos, o conductas que se presentan.

Validez hermenéutica. El dato debe permitir fundamentar teóricamente la investigación a partir de las interpretaciones.

Validez pragmática. El dato debe poseer la suficiente información para optimizar los procesos que se estudian.

El paradigma emic-cualitativo tiene una entidad epistémica que se manifiesta en sí misma independientemente de cuál o cuáles sean las técnicas de recolección de datos en cada investigación concreta.10 Los datos provienen de una gran variedad de fuentes como, por ejemplo, las entrevistas en profundidad, donde las conductas verbales ocupan un lugar relevante. La comunicación humana se realiza predominantemente mediante la conducta verbal, aunque sea igualmente cierto que existen otros niveles de respuesta, especialmente el vocal y el no verbal.

Las entrevistas en profundidad son encuentros "cara a cara" entre entrevistador y entrevistado dirigido al conocimiento y/o comprensión demográfica de acontecimientos, experiencias, situaciones, etc., siguiendo el modelo de una conversación entre iguales y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas, donde el rol del informante no consiste simplemente en revelar sus propios modos de ver, sino en describir lo que sucede y el modo en que otras personas lo perciben.

La discusión de grupo, la observación, los documentos personales o las historias de vida son otras modalidades de generar datos cualitativos. Buscan captar, con sus propias especificidades, información sobre las conductas personales a través de un contacto directo sobre situaciones específicas, minimizando las distorsiones producida en los resultados a causa del efecto del investigador como agente exterior. Se trata de registros incentivados por el investigador durante el desarrollo de su trabajo, que posean un valor afectivo y/ o simbólico para el individuo analizado. En este abanico de fuentes también se incluyen los diarios personales, anotaciones diversas, cartas, cuestionarios libres (no estandarizados), manifestaciones verbales y declaraciones espontáneas, narraciones y composiciones literarias.

La manera de cómo se cuenta y se estructura una experiencia de vida no sólo nos brinda luces sobre sucesos y acontecimientos esenciales sobre las experiencias de esas personas, sino también por la información sobre las perspectivas del individuo en relación con el grupo social más amplio o el entorno cultural al cual pertenece. Estas narrativas describen la manera en que la gente articula su vida cotidiana: su pasado, presente y futuro.11

La compilación de datos cualitativos en la investigación tiene que ver con lo que se denomina "giro interpretativo". Según Denzin (1989), todas las biografías se pueden contextualizar como narraciones. La narrativa presenta una secuencia de acontecimientos que tienen importancia para el narrador y su público. El relato, como en todos los buenos cuentos, tiene un comienzo, una mitad y un final.

Los relatos se pueden recopilar "naturalmente", por ejemplo, siguiendo el curso de una observación; de manera alterna, grabando una entrevista. Las cualidades que poseen los datos textuales cualitativos, tanto si ésta se da "naturalmente" o si es guiada por la investigación, permiten al analista ordenar las experiencias de los actores sociales.

No existe una separación radical entre la recolección del dato y su comprensión. Ambos procesos deben considerarse como una actividad reflexiva única, y no etapas diferentes de un proceso. Tal como señala Strauss y Corbin (2002), los investigadores cualitativos tienen estilos de trabajo bastante diferentes entre sí, de manera que una estandarización de métodos no sólo limitaría, sino que frenaría los esfuerzos del investigador en su comprensión hermenéutica de los fenómenos demográficos que estudia.

Una forma de tratar el dato cualitativo es la que propone Dey (1993). Según su modelo, el análisis debe ofrecer: primero, descripciones minuciosas y amplias que incluyan, cuando sea el caso, el contexto de la acción; segundo, que los datos se clasifiquen para darles 'significado', es decir, asignarles ciertos códigos; tercero, que puedan analizarse en términos de patrones y conexiones que van surgiendo de manera natural y sin categorías preconcebidas teóricamente. Es así cómo se arma empíricamente cada pieza en el proceso de construcción de teorías.

Como se puede desprender de lo dicho a lo largo del presente artículo en cuanto a la concepción, construcción y manejo del dato cuantitativo y cualitativo, no cabe duda de que el sustento del dato enmarca una decisión epistemológica. No existen, por tanto, datos con mayor o menor representatividad o contenido para la investigación, éstos sólo son inteligibles a la luz del paradigma que los sustenta.

Lo que hay que destacar es que ambos tipos de datos son constructos inconmensurables, es decir, que responden a concepciones metateóricas diferentes, paradigmas etic y emic, respectivamente, y son comprensibles únicamente dentro de uno de ellos y sin cuya referencia pierden significado. Por ejemplo, el dato en el enfoque etic es un ente que sirve para demostrar mediante el uso de la lógica deductiva; y el dato en el enfoque emic dentro de la lógica inductiva sirve como medio de descubrimiento.

 

Conclusiones

Primera: Las investigaciones demográficas utilizan como insumos de trabajo datos de distinto tipo: analítico (nivel macro) y comprensivo (nivel micro), los cuales mantienen un nivel de integración diferente.

Segunda: El dato demográfico en ambas perspectivas —etic y emic— cuenta con dos atributos definitorios que son el de validez y el de confiabilidad. El primero pone en juego la aceptabilidad; el segundo, la construcción del procedimiento.

Tercera: Los datos demográficos son —por su construcción— numéricos y simbólicos; los primeros hacen referencia a poblaciones, siendo, por tanto, objetivos; los segundos se refieren a individuos y son de índole subjetiva.

Cuarta: La construcción del dato demográfico sigue diferentes cursos lógicos: deductivo e inductivo. El primero relacionado con la explicación cuantitativa; el segundo, con la comprensión cualitativa.

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