El dato en la investigación demográfica: una visión epistemológica
 Introducción
  	    Los
 desafíos teóricos que el siglo XXI plantea al pensamiento crítico de la
 Demografía, en particular en América Latina, no sólo están referidos al
 plano metodológico e instrumental, sino también al epistémico, que 
sustentará en perspectiva el discurso moderno sobre la población. En 
este marco señalaremos la necesidad de revisar el significado y alcance 
del dato en Demografía como insumo de argumentación en términos de su 
construcción y significado en el contexto de los paradigmas de 
investigación. No es nuestra intención agotar aquí estas cuestiones con 
profundidad, sino tan sólo presentar, con ánimo sistematizante, una 
serie de argumentos que nos permitan orientar la investigación sobre la 
población.
  	    El dato como constructo
 es un elemento complejo, pues en esa calidad posee una estructura 
interna que en su contenido es invariable; es decir, está presente y es 
intrínseco a él. Si comparamos un dato que proviene de una historia de 
vida con el dato de un cuestionario precodificado encontraremos que 
ambos son diferentes entre sí en cuanto a la especificidad de sus 
contenidos. Detrás de cada uno de ellos existe un corpus de 
enunciados que ponen de manifiesto aspectos relacionados con sus objetos
 de estudio; en el primer caso, el dato habla de imágenes; en el 
segundo, de cantidades. Todo dato vincula un concepto con un estado de 
cosas del mundo externo mediante la ejecución de procesos relacionados 
con los paradigmas a los que responden.
  	    Además,
 el proceso mismo de aprehensión del dato es complejo, pues es un acto 
que involucra decisiones objetivas y subjetivas de parte del 
investigador. Desde el punto de vista objetivo, el dato demográfico 
tiene existencia propia y no se limita a lo que la Demografía recoge 
específicamente, sino que también incluye los datos que ofrecen las 
ciencias afines. Como ente subjetivo, el dato demográfico es el 
resultado de la interpretación que le da el investigador como 
epistemólogo. Según Vieira (1973), existen tres aspectos que están 
presentes al tratar de manejar el dato: condiciones para su elección, 
presupuestos ideológicos e influencias en su construcción teórica.
  	    La
 diversidad de formas de elaborar el dato hace necesario que se conozcan
 sus características para evaluarlo, manejarlo con propiedad y, de ser 
el caso, determinar sus posibles fuentes de error. Estas operaciones 
obedecen más a los intereses que plantea el paradigma que a la actividad
 práctica de quien lo construye o descubre para estudiarlo.1
 Si bien el dato depende de la subjetividad del científico como sujeto 
cognoscente, después de someterlo a las condiciones de pensar, el 
investigador incluye el dato en el sistema de verdades dentro de su 
paradigma.
  	    En
 consideración a lo anterior, hemos estructurado este artículo en dos 
secciones, además de esta introducción y las conclusiones. En la 
primera, presentamos la construcción y características del dato en la 
investigación etic-cuantitativa. En la segunda señalamos lo mismo, pero esta vez en relación con la investigación emic-cualitativa.
 Esta visión crítica en la caracterización y diferenciación del dato nos
 permitirá abrir el pensamiento demográfico hacia nuevos horizontes de 
entendimiento con base en al menos dos ejes —lo explicativo y lo 
compresivo—, y desde un nivel más abstracto, respecto a los usos y 
alcances del dato como insumo básico para la investigación como proceso 
de producción de conocimientos.
  	     
  	    El dato demográfico en la perspectiva etic-cuantitativa
  	    En
 este paradigma, el dato se organiza sobre la base de un conjunto de 
hechos ocurridos en la realidad exterior, objetiva, y se ofrece como 
elemento de posible aprehensión por el conocimiento.2
 Este tipo de datos se obtienen tradicionalmente a partir de la 
información proporcionada por los censos y de los registros de hechos 
vitales; en algunas ocasiones se obtienen basándose en investigaciones 
concretas para complementar la información censal o de los registros de 
hechos vitales.
  	    Los
 censos recolectan información de todo un universo; es decir, que 
ninguno de los elementos quede omitido. Este rasgo le permite 
diferenciarse de la encuesta por muestreo porque permite conocer el 
estado o corte anatómico del universo al momento de su realización. Por 
ello se dice que el censo viene a ser una fotografía, en comparación con
 otras técnicas. Los datos del censo deben reunirse para cada individuo a
 fin de poder derivar clasificaciones detalladas con todas las 
combinaciones necesarias.
  	    Por
 su parte, los registros de hechos vitales recolectan datos en forma 
sistemática y de manera continua, permitiendo conocer la frecuencia con 
que ocurren los nacimientos, matrimonios y defunciones durante un 
periodo específico y en un lugar determinado. Dichas informaciones 
generalmente vienen acompañadas de otras adicionales, como sexo, edad, 
nivel de instrucción, atención y condición del parto, total de 
embarazos, causas de muerte, entre otros, que facilitan la explicación 
de la dinámica poblacional.3
  	    En
 tanto que las investigaciones demográficas especializadas tienen por 
objeto recolectar datos sobre hechos determinados para complementar o 
llenar lagunas dejadas por la información censal y los registros de 
hechos vitales en cuanto a la parte numérica de la población 
investigada, estos levantamientos proporcionan interesante información 
cuantitativa y se basan generalmente en muestras representativas. 
Ejemplo de ello lo constituye la Encuesta Nacional de Demografía y Salud
 (Endes) que se viene aplicando desde hace más de una década en muchos 
países de América Latina y otros del Tercer Mundo.
  	    El dato en la perspectiva emic-cuantitativa
 sirve para demostrar teorías. El dato no habla por sí solo. En la 
historia de la ciencia demográfica se puede comprobar cómo ciertos datos
 significativos llevaron a justificar teorías importantes. Del mismo 
modo, desde que la investigación es una actividad continua, es probable 
que el rechazo y reformulación se vayan produciendo simultáneamente. La 
teoría debe ajustarse a los datos y ser rechazada o reformulada si no 
encaja dentro de la estructura de aquéllos.4
  	    La relación entre el dato y la teoría puede ser, en términos silogísticos, de la siguiente forma:
  	     		    • Si X condiciones existen, se da Y.
  		    • Si Y no es observable, las X condiciones no se han producido.
  		    • Si X condiciones no existen y si Y es observable, la proposición general debe rechazarse.
 	
  	    La
 relación entre el dato y la teoría es también inversa, es decir, que la
 teoría ayuda a la predicción de los datos. La forma más obvia es la 
extrapolación de lo conocido a lo desconocido. Por otra parte, la teoría
 señala qué datos deben integrar nuestros conocimientos. Desde el 
momento que la teoría resume los hechos conocidos y predice hechos que 
aún no hemos observado, también está señalando las áreas que todavía no 
han sido exploradas.
  	    Este
 tipo de datos pueden captarse en el tiempo de dos formas, de manera 
diacrónica y sincrónica. El primero sirve para el análisis transversal, y
 el segundo, para el análisis longitudinal o de cohorte. El análisis 
transversal supone datos que se observan en un mismo periodo relativo a 
cohortes diferentes. En este caso, la experiencia demográfica de esta 
población no se refiere a una generación específica, sino a varias 
generaciones diferentes. El análisis longitudinal, llamado también 
análisis por cohortes, se da cuando el dato hace referencia a la 
sucesión de acontecimientos a lo largo del tiempo en el seno de un mismo
 grupo. Un ejemplo de este tipo de análisis es tomar una cohorte de 
nacimientos de un determinado año y acompañarla hasta cierto momento o 
hasta que se extinga, anotándose los acontecimientos demográficos más 
sobresalientes como muertes producidas, etc.
  	    La
 evaluación del dato cuantitativo se convierte en una operación lícita e
 indispensable para dar un juicio de cuan bueno o malo es. Para Chackiel
 y Macció (1978), la evaluación es un intento por detectar los errores 
que afectan al dato, la naturaleza y la magnitud de los mismos. Para 
ello, la información disponible debe ser sometida a un examen mediante 
técnicas muy variadas, pero el dato en sí no debe ser afectado ni 
modificado para derivar juicios sobre su calidad.
  	    Los
 autores señalan que la evaluación del dato puede hacerse de manera 
directa e indirecta. Con la evaluación directa se vuelve al origen del 
dato; se trata de reproducirlo nuevamente bajo condiciones completamente
 controladas. El nuevo dato así obtenido constituye el elemento de 
comparación con el dato original sometido a evaluación. En cambio, con 
la evaluación indirecta, se hace referencia al análisis al que se somete
 el dato disponible, mediante relaciones cuyo comportamiento se supone 
conocido (información colateral), con el fin de establecer la naturaleza
 y el grado de error que lo afecta.5
  	    Brass (1973) sugiere tomar en consideración algunos principios generales con relación al dato demográfico:
  	     		    • Rehabilltación.
 Se debe corregir el dato en su justa medida, respetando al máximo la 
información observada, de lo contrario se corre el riesgo de 
sobrecorregirla, introduciendo errores mayores a los que tenía 
originalmente e incluso alterar el significado de los datos.
  		    • Consistencia y coherencia. Se debe exigir coherencia, tanto en los procedimientos utilizados como en los resultados que se obtienen.
  		    • Robustez.
 Se da cuando la validez del dato no se resiente seriamente por la falta
 del cumplimiento de las hipótesis de trabajo. Se dice que el método es 
robusto cuando los resultados no se alteran demasiado al no cumplirse 
esos supuestos a la hora de aplicarlo en casos reales.
  		    • Ausencia de una norma estricta.
 Se sostiene que la aplicación de artificios o técnicas para evaluar y 
corregir el dato debe convertirse en rutina, que cada caso debe tratarse
 en forma independiente de acuerdo con la información disponible, la 
calidad de ésta y la situación concreta que se está analizando.
  		    • Conocimiento de la realidad. Se debe tener conocimiento de las circunstancias históricas y culturales del lugar al cual pertenecen los datos.
 	
  	    Como
 se desprende, el dato debe elaborarse de la manera más adecuada, 
evitando en todo momento que tenga errores para que pueda ser útil a la 
investigación. Como quiera que el dato relacionado con las variables 
demográficas suele estimarse a partir de la información recogida 
mediante censos, registros de hechos vitales o encuestas especializadas,
 muchas veces éstas fuentes pueden estar sujetas a irregularidades de 
diversa índole que afectan su calidad final, y como éste es el insumo 
sobre el que trabaja el demógrafo etic-cuantitativo, se deberían 
descartar sus posibles fuentes de error. Según Spiegelman (1972), 
existen dos tipos de errores en las fuentes de datos demográficos: 
errores de cobertura y errores de contenido, a los que habría que 
agregar los errores de muestreo, cuando el dato es recolectado mediante 
encuestas.
  	    Los
 errores de cobertura se producen cuando los hechos demográficos que se 
desea investigar no se registran o se registran más de una vez, 
produciendo errores por defecto o por exceso. En las estadísticas de 
hechos vitales, los errores de cobertura pueden ser de subregistro, 
cuando los casos registrados son menores a los ocurridos, y de 
sobrerregistro, cuando los casos registrados superan a los ocurridos. 
Estos errores están ligados a los conceptos de alcance y calidad de las 
estadísticas vitales.6
 En el caso de los censos y de las encuestas especializadas, los errores
 de cobertura son llamados comúnmente de omisión y de sobre enumeración.
 Se dice que hay omisión cuando el individuo no ha sido captado por el 
censo o la encuesta. La sobre enumeración ocurre cuando una persona es 
empadronada más de una vez.
  	    Los
 errores de contenido se producen cuando la información referida a un 
individuo es incluida incorrectamente debido a la mala declaración por 
parte del informante (se declara una edad que no es la correcta o el 
estado civil que no es el verdadero). El error de contenido, 
generalmente, altera el conocimiento de las estructuras demográficas de 
la población. No es fácil detectar estos errores y menos aun 
cuantificarlos. Tampoco se sabe mucho acerca del comportamiento y de la 
distribución de esos errores.
  	    Los
 errores también pueden generarse en las diferentes etapas de la 
producción de la información; por tanto, una evaluación completa, como 
sugieren Chackiel y Macció (1978), requiere un análisis de cada una de 
las actividades involucradas en el proceso de obtención del dato. Así 
tenemos: errores en las etapas de planeación y organización, errores del
 empadronador y errores del informante.7
  	    Los
 errores cometidos en etapa de la recolección de información por el 
empadronador pueden ser conceptuales, mala interpretación de la 
respuesta y errores de registro. Los errores conceptuales se producen 
cuando el que registra el dato interroga sobre un asunto que no 
corresponde a lo que se desea investigar. Ejemplo, en lugar de preguntar
 por el número de hijos nacidos vivos de las mujeres en edad fértil, se 
pregunta sobre los hijos vivos al momento del empadronamiento. La mala 
interpretación de la respuesta es un error muy frecuente en preguntas 
con respuestas abiertas. Ejemplo, un trabajador del campo puede ser 
confundido con peón rural o campesino. Los errores de registro se 
producen cuando se anotan los datos equivocadamente en celdas que no 
corresponden en el cuestionario.
  	    No
 es difícil comprender, entonces, que cualquier irregularidad en las 
etapas de producción del dato: legislación, presupuesto, calendario del 
censo, organización administrativa, labor cartográfica, plan de 
tabulaciones, preparación del cuestionario, experimentación censal y 
publicidad, puede comprometer su calidad. Una mala cartografía puede ser
 la causa de omisión o duplicación de empadronamientos. Un mal 
cuestionario, donde las preguntas no son de clara comprensión, 
probablemente genere respuestas erróneas.
  	    El
 instrumento de preferencia para recoger datos en este enfoque es el 
cuestionario. Su naturaleza y formato, así como la formulación y 
disposición de las preguntas merecen el más cuidadoso estudio. Entre los
 diversos factores que deben tomarse en cuenta están el método de 
empadronamiento, el tipo de cuestionario, la clase de datos a reunirse, 
la forma más adecuada de las preguntas, su disposición tipográfica y las
 técnicas de elaboración a utilizarse.
  	    En
 la fase de planificación se determinará qué métodos van a utilizarse en
 la elaboración de los datos a fin de que la forma del cuestionario 
corresponda a las necesidades técnicas del programa de tabulación.
  	    En
 los censos, los cuestionarios constituyen la materia prima sobre la que
 se construye el dato mediante tabulaciones estadísticas pertinentes. 
Presenta la siguiente secuencia:
  	     		    • Recepción y verificación.
 Una vez remitidos los cuestionarios se procederá a una verificación 
preliminar para asegurarse de que se han devuelto todos y se procederá a
 examinar los mismos para descubrir posibles omisiones o errores; de 
haberlos, se dispondrá de nuevas visitas a fin de corregirlos.
  		    • Crítica y codificación.
 Determinar el margen de error que puedan hallarse en las informaciones 
recibidas y mantener este margen dentro de límites razonables. La 
codificación consiste en la conversión de todas las anotaciones hechas 
en el cuestionario a códigos numéricos para el trabajo computacional.
  		    • Tabulación. En esta etapa se generan los cuadros estadísticos de las diferentes variables que fueron seleccionadas para su publicación.
  		     
 	
  	    El dato demográfico en la perspectiva emic-cualitativa
  	    En
 años recientes se ha experimentado un renacimiento de los estudios en 
relación con los problemas del comportamiento humano. Estas 
investigaciones descubren nuevas esferas de trabajo, particularmente en 
el campo de la Demografía en el complejo conjunto de cuestiones 
relacionadas con la planificación de la familia, el comportamiento de 
los individuos con respecto a la procreación, migraciones, etc. A este 
enfoque le interesa la defensa de las explicaciones desde el punto de 
vista inductivo, conocimientos que proceden de abajo-arriba; esto es, 
ver el cambio social, y por ende demográfico, como resultado de la 
acción e interacción que se establecen entre los individuos.8
 Su disputa ontológica contra los que defienden la predominancia real de
 las estructuras —análisis macro—, está en el planteamiento de que sólo 
existe lo particular —análisis micro—, con lo cual se eximen de buscar 
necesidades causales en la investigación. Se pone énfasis en el actor y 
el mundo como procesos dinámicos, reconociendo la capacidad que tienen 
éstos para interpretarlo. La sociedad humana ha de considerarse como un 
conjunto de individuos que actúan y definen activamente sus situaciones.
  	    Los
 criterios epistemológicos a tenerse en consideración para comprender la
 acción social son los de percibir e interpretar la realidad y la forma 
en que ésta se relaciona con el comportamiento del actor. Además, 
consideran que la percepción de la realidad que tiene el actor gira 
sobre su interpretación actual de las interacciones sociales en la que 
él y otros participan, lo cual, a su vez, se apoya en el uso de símbolos
 y del lenguaje en particular. Para que el investigador llegue a tal 
comprensión deberá ser capaz (aunque imperfectamente) de ponerse a sí 
mismo en el lugar de la otra persona (Mead, 1973).
  	    Al
 abordar cada fenómeno, el investigador se vale de una serie de 
estrategias como la de compartir sus actividades en el medio social en 
el que los informantes —que son los que proveen los datos— actúan 
cotidianamente. Por eso, se aconseja usar en los informes de 
investigación las mismas categorías que los actores utilizan, de ahí la 
prevalencia de conceptos sensibilizadores que son los que violentan en 
menor grado el mundo real y son menos formales. Se rechaza, por tanto, 
el uso de conceptos operacionales —variables—, toda vez que en este 
ámbito se les considera herramientas mecanicistas.9
  	    Los seguidores del enfoque emic-cualitativo
 priorizan las situaciones sociales concretas, donde el propio actor es 
una fuente de estímulos para otros. Todo esto conduce a un nivel de 
discernimiento que Max Weber identificó como Verstehen, una 
característica del proceso de investigación extremadamente útil para la 
verdadera comprensión del rol del actor en la sociedad, lo que nos 
compete, al individuo como ser demográfico.
  	    En
 este caso, el dato cualitativo resulta ser producto del conjunto de 
descripciones detalladas de situaciones, eventos, interacciones y 
conductas observadas; citas directas de informantes acerca de sus 
experiencias, actitudes, creencias y pensamientos; fragmentos o pasajes 
de documentos, correspondencias, registros e historias de casos.
  	    Las exigencias que requiere este tipo de datos para ser utilizado con propiedad en la investigación son las siguientes:
  	     		    • Representatividad, relevancia y plausibilidad.
 El dato debe identificar las diversas perspectivas de una correcta 
contextualización y constatar con objetividad los sucesos, o eventos, o 
conductas que se presentan.
  		    • Validez hermenéutica. El dato debe permitir fundamentar teóricamente la investigación a partir de las interpretaciones.
  		    • Validez pragmática. El dato debe poseer la suficiente información para optimizar los procesos que se estudian.
 	
  	    El paradigma emic-cualitativo
 tiene una entidad epistémica que se manifiesta en sí misma 
independientemente de cuál o cuáles sean las técnicas de recolección de 
datos en cada investigación concreta.10
 Los datos provienen de una gran variedad de fuentes como, por ejemplo, 
las entrevistas en profundidad, donde las conductas verbales ocupan un 
lugar relevante. La comunicación humana se realiza predominantemente 
mediante la conducta verbal, aunque sea igualmente cierto que existen 
otros niveles de respuesta, especialmente el vocal y el no verbal.
  	    Las entrevistas en profundidad son encuentros "cara a cara"
 entre entrevistador y entrevistado dirigido al conocimiento y/o 
comprensión demográfica de acontecimientos, experiencias, situaciones, 
etc., siguiendo el modelo de una conversación entre iguales y no de un 
intercambio formal de preguntas y respuestas, donde el rol del 
informante no consiste simplemente en revelar sus propios modos de ver, 
sino en describir lo que sucede y el modo en que otras personas lo 
perciben.
  	    La
 discusión de grupo, la observación, los documentos personales o las 
historias de vida son otras modalidades de generar datos cualitativos. 
Buscan captar, con sus propias especificidades, información sobre las 
conductas personales a través de un contacto directo sobre situaciones 
específicas, minimizando las distorsiones producida en los resultados a 
causa del efecto del investigador como agente exterior. Se trata de 
registros incentivados por el investigador durante el desarrollo de su 
trabajo, que posean un valor afectivo y/ o simbólico para el individuo 
analizado. En este abanico de fuentes también se incluyen los diarios 
personales, anotaciones diversas, cartas, cuestionarios libres (no 
estandarizados), manifestaciones verbales y declaraciones espontáneas, 
narraciones y composiciones literarias.
  	    La
 manera de cómo se cuenta y se estructura una experiencia de vida no 
sólo nos brinda luces sobre sucesos y acontecimientos esenciales sobre 
las experiencias de esas personas, sino también por la información sobre
 las perspectivas del individuo en relación con el grupo social más 
amplio o el entorno cultural al cual pertenece. Estas narrativas 
describen la manera en que la gente articula su vida cotidiana: su 
pasado, presente y futuro.11
  	    La compilación de datos cualitativos en la investigación tiene que ver con lo que se denomina "giro interpretativo".
 Según Denzin (1989), todas las biografías se pueden contextualizar como
 narraciones. La narrativa presenta una secuencia de acontecimientos que
 tienen importancia para el narrador y su público. El relato, como en 
todos los buenos cuentos, tiene un comienzo, una mitad y un final.
  	    Los
 relatos se pueden recopilar "naturalmente", por ejemplo, siguiendo el 
curso de una observación; de manera alterna, grabando una entrevista. 
Las cualidades que poseen los datos textuales cualitativos, tanto si 
ésta se da "naturalmente" o si es guiada por la investigación, permiten 
al analista ordenar las experiencias de los actores sociales.
  	    No
 existe una separación radical entre la recolección del dato y su 
comprensión. Ambos procesos deben considerarse como una actividad 
reflexiva única, y no etapas diferentes de un proceso. Tal como señala 
Strauss y Corbin (2002), los investigadores cualitativos tienen estilos 
de trabajo bastante diferentes entre sí, de manera que una 
estandarización de métodos no sólo limitaría, sino que frenaría los 
esfuerzos del investigador en su comprensión hermenéutica de los 
fenómenos demográficos que estudia.
  	    Una
 forma de tratar el dato cualitativo es la que propone Dey (1993). Según
 su modelo, el análisis debe ofrecer: primero, descripciones minuciosas y
 amplias que incluyan, cuando sea el caso, el contexto de la acción; 
segundo, que los datos se clasifiquen para darles 'significado', es 
decir, asignarles ciertos códigos; tercero, que puedan analizarse en 
términos de patrones y conexiones que van surgiendo de manera natural y 
sin categorías preconcebidas teóricamente. Es así cómo se arma 
empíricamente cada pieza en el proceso de construcción de teorías.
  	    Como
 se puede desprender de lo dicho a lo largo del presente artículo en 
cuanto a la concepción, construcción y manejo del dato cuantitativo y 
cualitativo, no cabe duda de que el sustento del dato enmarca una 
decisión epistemológica. No existen, por tanto, datos con mayor o menor 
representatividad o contenido para la investigación, éstos sólo son 
inteligibles a la luz del paradigma que los sustenta.
  	    Lo que hay que destacar es que ambos tipos de datos son constructos inconmensurables, es decir, que responden a concepciones metateóricas diferentes, paradigmas etic y emic,
 respectivamente, y son comprensibles únicamente dentro de uno de ellos y
 sin cuya referencia pierden significado. Por ejemplo, el dato en el 
enfoque etic es un ente que sirve para demostrar mediante el uso de la lógica deductiva; y el dato en el enfoque emic dentro de la lógica inductiva sirve como medio de descubrimiento.
  	     
  	    Conclusiones
  	    Primera:
 Las investigaciones demográficas utilizan como insumos de trabajo datos
 de distinto tipo: analítico (nivel macro) y comprensivo (nivel micro), 
los cuales mantienen un nivel de integración diferente.
  	    Segunda: El dato demográfico en ambas perspectivas —etic y emic—
 cuenta con dos atributos definitorios que son el de validez y el de 
confiabilidad. El primero pone en juego la aceptabilidad; el segundo, la
 construcción del procedimiento.
  	    Tercera:
 Los datos demográficos son —por su construcción— numéricos y 
simbólicos; los primeros hacen referencia a poblaciones, siendo, por 
tanto, objetivos; los segundos se refieren a individuos y son de índole 
subjetiva.
  	    Cuarta:
 La construcción del dato demográfico sigue diferentes cursos lógicos: 
deductivo e inductivo. El primero relacionado con la explicación 
cuantitativa; el segundo, con la comprensión cualitativa.
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